A la hora de la colocación los azulejos, debemos tener en cuenta una serie de aspectos clave. Seguir una serie de recomendaciones nos permitirá realizar una colocación perfecta, garantizando que la instalación de los azulejos sea de calidad, con una adecuada nivelación y sobre todo duradera.
Aspectos a tener en cuenta en la colocación
Adecuación de los parámetros
El primer paso antes de proceder a la colocación de los azulejos es llevar a cabo una preparación de la solera sobre la que queremos realizar la instalación, así conseguiremos que la adhesión de los azulejos sea óptima y estable.
Para ello, debemos limpiar minuciosamente la superficie y eliminar cualquier rastro de polvo u otros restos de materiales que podrían malograr la colocación. También será necesario corregir los posibles desniveles presentes para que el resultado final sea totalmente plano.
En colocaciones en el exterior, deberemos tener en cuenta la pendiente necesaria para facilitar una correcta evacuación del agua.
Colocación
La colocación más habitual es en capa fina. Consiste en colocar los azulejos sobre una superficie previamente nivelada y aplanada, en la que las posibles irregularidades del sustrato base han sido solventadas. Los adhesivos empleados deben garantizar una correcta fijación al sustrato. Suelen utilizarse adhesivos cementosos o morteros de cola, adhesivos de resinas de reacción, que garantizan una buena adherencia.
Ejecución de las de las juntas
En cualquier colocación de azulejos, debemos tener muy en cuenta que el soporte sobre el que se realiza, puede sufrir contracciones o dilataciones que pueden venir provocadas por diversos factores, como el cambio de temperatura, los propios movimientos estructurales o de los materiales. Por ello, resulta esencial realizar una planificación de las juntas para lograr que el movimiento natural del soporte no provoque cambios en la superficie embaldosada.
En cuanto a las juntas estructurales, deben venir correctamente detalladas en el proyecto. Éstas deben llegar hasta el soporte y tener una anchura de al menos la junta estructural de soporte. Las remataremos con el llenado de algún material con una adecuada elasticidad.
Por lo que se refiere a las juntas perimetrales, que se van a encargar de aislar el embaldosado del soporte para evitar la acumulación de tensiones y evitar que las baldosas puedan levantarse, deben estar igualmente planificadas en el proyecto. En paredes y suelos, son siempre necesarias cuando la superficie a cubrir supere los 7 m2. Estas juntas llegan hasta el soporte base y deben estar limpias de cualquier resto de material de obra.
Las juntas de dilatación, que permiten que el material pueda deformarse como consecuencia de los cambios de temperatura, deben tener una anchura de unos 5mm, y garantizar una adecuada flexibilidad, impermeabilidad y buena adherencia al sustrato.
Las juntas de colocación tienen una función estética fundamental, pero también permiten absorber las deformaciones que puedan venir provocadas por el soporte o las tensiones que se genera por la carga. Son especialmente importantes en el caso de colocación de baldosas trabadas o en espiga, En estos casos, reducen las cejas que genera este tipo de colocación.
Nivelación
Lograr una nivelación perfecta requiere de cierta maña. Y del empleo de calzas y cuñas autonivelantes. Con estos sistemas, además de lograr una óptima nivelación, conseguiremos reducir los tiempos de repaso y colocación de las piezas.