Escoger un suelo nuevo no es cualquier cosa. Es una decisión que requiere algo de tiempo, no se puede tomar así como así, hay que valorar ciertas cosas. Ante todo, tus necesidades. Y a partir de ahí tus gustos, el uso que le vas a dar al suelo, si estará en una u otra zona de la vivienda o local, etc.
Si ya has visto varias opciones y la cerámica es una de ellas, hoy queremos contarte por qué elegirla. Así que quédate, porque estas líneas te pueden ser de gran ayuda.
Ventajas de los suelos cerámico
Son muchas la verdad. Los suelos de cerámica tienen todas aquellas ventajas que cualquier persona busca cuando cambia un suelo en una vivienda. O en un negocio, como un restaurante, un comercio u otro tipo de local.
Vamos a verlas y después podrás decidir mejor si este es un material perfecto para ti o no.
Versatilidad
Un suelo de cerámica encaja a la perfección en cualquier tipo de espacio. En una cocina, en un baño, en un salón o en una terraza, e incluso en una piscina. Esta versatilidad es la que hace que sea uno de los más elegidos hoy en día. Y de hecho desde hace ya varios años no deja de ser uno de los materiales en tendencia.
Se pueden hacer todo tipo de diseños y conseguir acabados distintos. En varios tamaños y formas, y colores, echa un vistazo a los que te proponemos en nuestra tienda online.
Y espera, hay otro punto más a su favor, que es que se puede elegir tanto para interior como para exterior.
Estilo
Gracias a su ventaja anterior, la versatilidad, también tenemos otra que es el estilo. Es decir, como se puede fabricar en cualquier tamaño, color, acabado y forma, se puede conseguir un suelo cerámico del estilo que más te guste.
De imitación a texturas como la madera, la piedra o el mármol. Colores lisos en mate o en brillo, con detalles florales, geométricos, etc. Hay tantos tipos como puedas imaginar. Desde los más elegantes hasta los de estilo industrial o más moderno.
Resistencia y durabilidad
La cerámica para suelos es ideal porque resiste tanto las altas temperaturas como las bajas. Es resistente al agua, a los golpes del día a día que se pueden ocasionar al caer un juguete al suelo o un plato en la cocina. Y a los arañazos y al desgaste.
Con el paso del tiempo se mantiene igual que el primer día. El tono no cambiará, ni la textura… Al contrario de como ocurre con otros materiales como por ejemplo la madera, sobre todo si no es de máxima calidad. Y aun siendo así, la mejor madera que encuentres en el mercado, es susceptible de arañazos y marcas, de que cambie su color original, y de que se vuelva más rugosa y áspera al ir perdiendo los barnices que se le aplican.
Optar por un suelo de cerámica es optar por un suelo para toda la vida.
No requiere mantenimiento
Otro aspecto que te va a gustar de la cerámica para el suelo. No tienes que hacer ningún mantenimiento especial.
Gracias a la resistencia de la que te hablábamos antes, no tendrás que hacer otra cosa distinta que la limpieza cotidiana y lucirá tan bonito como el primer día que te lo instalaron.
Fácil limpieza y desinfección
Agua y limpiador para suelos es lo único que necesitas para limpiar los suelos de cerámica. Y si quieres desinfectar puedes echar un chorrito de lejía al agua. Y nada más.
Limpiarlo es tan fácil como eso. No tienes que estar comprando ningún producto especial y que por ello suele ser más costoso.
Además este tipo de suelos suelen ser muy sufridos y agradecidos. Con una sola pasada con la fregona se quedan preciosos. Y para quitar el polvo, lo puedes aspirar y no quedará ni mota. Son muy higiénicos.
Antideslizante
Esta es una ventaja que hay que destacar de manera especial. Un suelo antideslizante es una garantía para evitar caídas, sobre todo en el caso de personas mayores y niños.
Esta seguridad que proporciona, hace que sea perfecto para cualquier parte la vivienda, o para locales, en interiores o en zonas exteriores como terrazas o patios. Y también para escaleras.
Ahora que ya conoces todas sus virtudes, ¿Será el suelo de cerámica el elegido para tu espacio?